En más de 15 años de médico hoy siento que ya no hay referentes. La globalización, internet, las bases de datos, los journals, la bendita Medicina Basada en la Evidencia son todos responsables de que dejáramos de lado a los referentes. Cuando era estudiante y aun en los primeros años de la residencia la parte más jugosa de las discusiones de casos era el “diagnóstico diferencial” y para ello quien había tenido posibilidad de interrogar y examinar al paciente corría con ventajas. Hoy tengo la sensación que lo relevante son los estudios complementarios (medicina enchufada a 220 voltios) y el tratamiento (donde la industria hace su juego). Veo con cierto pesar que los residentes de medicina que pasan por mi hospital no tienen la actitud o la motivación que deberían, y lo digo desde una postura bastante objetiva, tomando como prueba elementos tan básicos como los arriba citados, no “se pegan” a los referentes en su especialidad.
Esto no pretende ser una crítica a las cualidades técnicas de los nuevos médicos pero es que el ejercicio de la medicina no solo es cuestión de buena técnica. Acaso no recuerdan a algunos de nuestros referentes (otros dirían maestros) al frente del paciente, interrogando con paciencia y revisando meticulosamente. Ante esta situación uno tenía una sana envidia, lo que nos movilizaba a “pegarnos” ese referente. Una vez escuché en la revista de sala que “uno se va a equivocar más veces por no revisar que por no saber”. Como resumen o conclusión lo que quiero expresar es, mi sensación por algo que no vamos a encontrar en bases de datos, en journals, en sitios de MBE o entre computadoras, solo la pueden transmitir algunos referentes.
Podría ser que algunos de esos referentes ven en los nuevos médicos futuras competencias? A veces es cuestión de egos, no sé digo yo, desde mi humilde visión.
ResponderEliminarCreo que la formación desde el secundario y luego en el pregrado debe tender a que cada estudiante se convierta en su propio referente de buenas prácticas y este se inserta simbióticamente en lo actitudinal.
ResponderEliminarLe contesto a Daniela .... creo que están quedando pocos referentes o tienen que surgir nuevos referentes adaptados a la realidad que vivimos.
saludos
Interesante y filosa reflexión que toca un tema que entiendo tiene dos aspectos, la devaluación del rol de referente y la disminución de su número. Hay menos referentes y se acude mucho menos a ellos. Me parece que ambas situaciones que parten del mismo tronco, se vinculan con esta cultura de la falsa comunicación, de la virtualidad, de la incapacidad de poner en el mismo canal ideas, proyectos, dudas, certezas, preguntas y respuestas. Esta cultura del egoísmo, la competencia salvaje donde la lealtad escasea y en la que la resistencia a la autocrítica y para qué decir a la crítica del otro es la regla. ¿Para qué necesita referentes esta cultura? Es mucho más sencillo para quienes determinan y establecer su ideología de soporte que los referentes no existan porque de una manera o de otra son probablemente las últimas barreras que quedan para que en el caso de la medicina que es el que nos ocupa, se pueda frenar el avance de la tecnocracia sobre ese equilibrio arte-técnica que debería caracterizar al médico. Un referente se opone al voltio por encima de la sinapsis (a lo se tolera que en algunos casos estén al lado uno de la otra), del fundamentalismo evidencista sobre la actitud solidaria y de interacción humana. Un referente se juega por la guía para mejorar los primeros vuelos antes que la deriva y el azar en os que están aprendiendo. Yo cerraría con una pregunta que referida a otros temas que también me ocupan, repito tal vez demasiado últimamente: ¿A quién le conviene que sigan existiendo referentes?
ResponderEliminarQue estén bien