Cuando escribo tengo la sensación que las cosas van mejor, esto funciona como un pequeño gran depósito de mi locura. Me falta fluidez, lo que permitiría hacer más frecuentes estas descargas, lo que haría de mi locura, una locura más saludable.
Todo lo que hoy escriba será con tono desesperanzador. La muerte de personas que fueron pacientes por largo tiempo, a nosotros, los médicos, nos conmueve. Hace unos meses murió una de esas personas “sin par”, se entiende mejor si digo “única”. Asistí a los últimos días en la vida de Dora. La conocí durante estos 20 años, el mismo tiempo que llevo siendo médico. Para ser honesto debo reconocer que ella me conocía más y que yo apenas pude ayudarla. Esto me lleva a pensar en la vejez y en la muerte, parecen lo mismo pero no lo son, en lo personal le temo a la primera.
Intento tomarme la vida de a cucharadas. Uno envejece, lo que trae aparejado cierto grado de mayor sensibilidad ante la muerte. Tanto por lo expuesta que queda la finitud del ser como por lo cerca que estamos de ella. Que tema, la muerte. Pensar que hay días en los que estoy convencido... No quiero ser viejo. Vivo en una sociedad que no cuida a los viejos. Si toca por suerte una vejez con enfermedad la situación empeora, ya por viejo estás en problemas y si además viejo y enfermo estos problemas se multiplican.
Y para pasar a otro tema sin salir del tema (la muerte), lo que me parece que no tiene rumbo es nuestro Sistema de Salud Pública. Vuelven a la carga con intentos de reanimarlo. Los mismos de siempre ahora reciclados por el poder de turno. El poder de turno le dio el tiro de gracia al último intento de cambio que se inició en 2001 y hoy quiere reflotarlo. Por qué ahora va a funcionar. Los años me hicieron escéptico.
Un amigo me enseñó que lo más difícil en medicina es hacerse cargo. Mientras sean los mismos, que por la mañana trabajan en la salud pública, por la tarde hacen cosas totalmente distintas en la privada, el sistema de salud no funcionará, ni el la pública ni el la privada, porque no se hacen cargo en ninguno de los dos ámbitos. Pero tenemos un Ministro que sabe de la función pública desde hace décadas, eso sí en el ámbito de salud como fuera de ella.
Para ir finalizando, porque una entrada de blog debe ser breve, hago referencia al siguiente párrafo de una carta de Julio Cortázar a Jean Barnabé (París, 27 de junio de 1959): “Lo que yo creo es que la realidad cotidiana en que creemos vivir es apenas el borde de una fabulosa realidad reconquistable, y que la novela, como la poesía, el amor y la acción deben proponerse penetrar en esa realidad. Ahora bien, y esto es lo importante: para quebrar esa cáscara de costumbres y vida cotidiana, los instrumentos literarios usuales ya no sirven”.
Por si no se entiende la metáfora, seguimos haciendo lo mismo intentando resultados diferentes. Al fin y al cabo, ¿Qué es la vida?, una maldita cosa detrás de la otra. Insisto no todo lo que nos pasa es tremendamente importante.
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