"No siempre un bandido se esconde detrás de un antifaz". Blog dedicado a las fuentes de información médica - hugotula@gmail.com

18/4/15

Ni apagar los smartphones, ni cerrar los libros

Las nuevas tecnologías, Internet y los dispositivos móviles (smartphone, tabletas, notebooks, etc.) han cambiado la manera en la que nos comunicamos, accedemos a la información y trabajamos. Los que venimos de la “era” previa a Internet no entendemos cómo es que nuestros hijos (“nativos digitales”) llevan a cabo múltiples tareas frente a múltiples pantallas. Mayor es nuestra preocupación cuando observamos como los hábitos de lectura y análisis de información son sustituido por estrategias muchos más superficiales de búsqueda y un proceso de síntesis basado en cortar y pegar.

En charlas de café (sí señores, aún son posibles, no dije cibercafé) con un par de amigos en más de una oportunidad hicimos referencia a nuestra preferencia con respecto a las nuevas tecnologías. No se trata de si estamos a favor o en contra y como en tantos otros aspectos de la vida, adaptarse es la cuestión.

Esto que arriba comento tiene como detonante una artículo que leí hace unos días publicado por la BMJ, el artículo en cuestión lleva el título “Put down your smartphone and pick up a book”, cuyo autor Martin J Tobin, parece ser un enamorado de los libros. Digo esto ya que hace una defensa a todo trance de “sus” preferencias respecto de la lectura de libros en formato papel versus los libros electrónicos. Pero a pesar de ello el artículo tiene aspectos destacables.
Es cierto que la infoxicación viene de la mano con la fragmentación de la atención, lo que en suma hacen necesarias grandes dosis de concentración para conseguir que lo que leemos sea internalizado o como dice el autor “La lectura profunda se haga indistinguible del pensamiento profundo”.

Si el concepto de saber ha cambiado desde recordar y repetir información, a ser capaz de saber buscarla, es también cierto que dicha información debe ser evaluada críticamente e internalizada y esto además requiere de una comprensión global del tema en cuestión. Desde el punto de vista Martin J Tobin, los recursos en línea ofrecen trozos abreviados y simplificados de información lo que no permitiría un proceso de pensamiento más profundo ya que consume tiempo. Además realiza una crítica a los médicos que utilizan dispositivos electrónicos ya que estos impiden el proceso de memorización y de aquellos necesarios para el razonamiento clínico.

Queda claro que aún no hay tecnología que puede reemplazar el criterio clínico (mixtura equilibrada de conocimientos, experiencia y sentido común), pero no debemos cerrar las puertas a los aportes que los sistemas de soporte a la toma de decisiones clínicas pueden brindar.

El libro como objeto físico tiene sus encantos, no puedo negarlo, y como inmigrante digital aún tengo necesidad de “sentir que un libro comienza y termina, sentir la textura de sus páginas” como lo expresa el autor, pero no estoy de acuerdo que sea más entendible algo leído en una página impresa que en un material en pantalla. No nos confundamos, lo que importa es el contenido.


Ni apagar los smartphones, ni cerrar los libros. Todo en su justa medida, ni fundamentalistas de las nuevas tecnologías, ni defensores de todo lo pasado fue mejor. Usadas inteligentemente las nuevas tecnologías nos ayudan en la gestión del conocimiento, sin dejar de leer libros, sea en el formato que sea, sabiendo que la lectura profunda tiene más que ver con factores del individuo que lee y no tanto con el soporte sobre el que se encuentra el material de lectura.



1 comentario:

  1. Gran noticia leerte de nuevo mi querido mapache recargado. Qué decirte sino que coincido con prácticamente todo lo que expresás en el post. Ni hace falta recordarte que solemos comprar libros en papel y de tanto en tanto te pido una mano cuando necesito nueva tecnología. Es como vos decís. El juicio, la sensatez, el conocimiento y las competencias no dependen de un determinado soporte para adquirirse y desarrollarse. Un libro viejo con el olor a humedad de la biblioteca de mi mamá me cuenta historias tan valiosas y enriquecedoras como una la pantalla LED de mi ASUS donde tengo cargados algunos tesoros que de otro modo no vería ni de cerca. Dice Ambrose Bierce que un fanático (o un fundamentalista por usar una palabra más fashion) es aquella persona que adhiere de manera ferviente a una idea con la que uno no está de acuerdo. Nada más lejos de nuestro modo de ver esta realidad tan dinámica e imprevisible que el fundamentalismo. Es importante que estés de vuelta y que el blog recupere esa voz que había estado callada, para mi gusto, demasiado tiempo
    Un abrazo enorme
    Guille

    PD: Son las 11 y me voy a dormir. Antes voy a leer un par de cuentos de Bierce en papel y otro tanto de Chejov en la tablet porque como vos decís, lo que interesa es el contenido

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