Funcionar en red es, ha sido y será el gran desafío de nuestro sistema de salud. En un mundo globalizado seguir haciendo la del “llanero solitario”, según dice mi amigo Guillermo, es asegurarse el fracaso. En los papeles nuestro Sistema de Salud está pensado para funcionar o trabajar en Niveles de Atención que van de menor complejidad (Centros de salud o Salitas) a los de mayor complejidad (Hospitales de Cabecera) comunicados mediante un sistema de Referencia y Contra referencia. El sentido común dice que la entrada al sistema es en el primer nivel y si la respuesta al problema requiere mayor complejidad se pone en marcha el sistema de referencia a un nivel de mayor complejidad donde una vez resuelto o no el problema de salud, el paciente debe volver al primer nivel con la respectiva Contra referencia. Pues esto no es así.
En los años que llevo de trabajo en el Sistema Público de Salud de la Provincia de Salta debo decir que cada integrante de la Red de efectores de Salud hace lo que puede por no decir lo que quiere.
Tengo la sensación de que ni siquiera se conoce adecuadamente la cartera de servicio de cada uno de los que integran la red. Entiendo que el problema tiene un complejidad de difícil manejo y que llevará años cambiar, pero debe ser el órgano rector del sistema (Ministerio de Salud) el que tome cartas en el asunto y establezca claramente que parte de la torta le corresponde a cada integrante de la red.
Pero no debemos esperar que solo la superioridad sea la que de un golpe de timón, somos nosotros mismos los que debemos comenzar por hacernos cargo de la parte que nos toca. Insisto con lo del sentido del bien común.
Trabajar en red … en la atención de pacientes es la única alternativa para poder alcanzar los niveles de respuesta que hoy demandan las personas con problemas de salud. Es la única opción por fortaleza, ya que una red protege, contiene, brinda una estructura apropiada para poder adoptar conductas con la certeza de que siempre habrá alguien cerca con quien compartir las decisiones, tanto las más complicadas como las que aparentemente son sencillas y de todos los días, pero que en definitiva pueden cambiar vidas e historias. Es la única opción por la debilidad que se relaciona con la ausencia de red, produciendo grietas en la calidad y en la eficiencia y segmentación del paciente, con superposición de prácticas y prestaciones. Es la única opción por la amenaza que significa un sistema sin comunicación estructurada entre actores, sin un entramado relacional que defienda tanto al paciente como a los profesionales de la salud de todos los niveles de peligros concretos como el error médico evitable, la judicialización de la práctica de la medicina y la presión de industria y financiadoras que en algunos casos pretende transformar la relación con el paciente en una transacción donde las ganancias las reciben unos y los riegos los asumen otros. Es la única opción, finalmente, porque es la última posibilidad de que se generen oportunidades de crecimiento.
ResponderEliminarQue estén bien