En los últimos días han pasado por mi lector RSS (ya les aconsejé en una entrada previa a Feedly) algunos artículos que considero muy interesantes.
Se trata se una sinopsis que comenta un artículo publicado en Annals of Internal Medicine en donde se realiza una revisión de estudios publicados entre 2002 y 2011, que abordaron los beneficios o perjuicios de la detección y tratamiento primario para cáncer de próstata localizado.
Su principal limitación es que al estar basado trabajos de corta duración proporcionan estimaciones poco confiables de los beneficios del screening que se esperaría en la población en el largo plazo. Los autores concluyen que los datos empíricos de los ensayos publicados recientemente no proporciona la información necesaria para desarrollar políticas de screening en la población en general.
Sobre un trabajo publicado en el NEJM esta sinopsis concluye que la warfarina no es mejor que la aspirina (o posiblemente placebo) en pacientes con Insuficiencia cardíaca con ritmo sinusal, debiendose reservar esta, para los pacientes con FA o eventos tromboembólicos previos.
Esta editorial publicada en el último número del Australian Prescriber, cuenta la historia de la metformina y de cómo el temor que se tenía por sus efectos adversos retrasó que se convirtiera en un fármaco de primera línea para el tratamiento de la diabetes de tipo 2. Deja ademas como comentario final la duda sobre si esto podría estar pasando con otras drogas.
Con este sugestivo título se ha publicado, también en el Australian Prescriber, este artículo que intenta aclarar algunas dudas sobre las interacciones de fármacos comunmente indicados con el alcohol y las hormonas anticonceptivas.
Para finalizar un artículo del American Family Physician en el que se recomiendan consideraciones prácticas para reducir el riesgo de eventos adversos de medicamentos en los gerontes. Aconseja además el uso de herramientas como Beers Criteria, START y STOPP para ayudar al médico en esta tarea.
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