Al frente de mi casa pasan cosas. He comenzado hace unos meses a darme cuenta que frente de casa pasan cosas mucho más agradables que en cualquiera de los otros ámbitos en los que me muevo. Detenerme a mirar el atardecer frente de casa me reconforta. Escuché por ahí que la felicidad es la sensación que genera el saber que se está por el buen camino. La sensación la tengo, aunque de a ratos, y el camino está sin pavimentar y de a ratos siento que viajo por la banquina. Basta con saber que estoy en camino y en marcha.
Muchas veces me he derrumbado en silencio y hoy veo el atardecer con tranquilidad. Hay muchos pequeños actos o cosas que me provocan placer:
- El amanecer de un día soleado
- Dormirme escuchando Cocteau Twins
- Desayunar en un AM/PM después de una guardia
- Las siestas con sol
- Viajar en colectivo un día de lluvia
- Jugar al fútbol bajo la lluvia
- El recuerdo del sonido de la lluvia sobre el techo de chapas mientras intentaba dormir
- Tucumán en Septiembre
- Comer naranjas o mandarinas con mis hijos en el patio pleno de sol
- El olor de las tardes con sol
- Perderme de mi mismo
- Encontrarme al lado tuyo
- Reconocer a mis hijos por el olor
- Sentir la mano suave de mi hija Victoria
- Escuchar cantar a Camila
- Salir a merendar con Lucas porque sí
- Que un paciente me regale chocolate o algo dulce
- Caminar y pensar
- Creer en Dios sin culpas
Una vez más fuera de los lineamientos de este espacio.
Estas sensaciones únicas,tan simples y a la vez tan profundas,nos hacen sentir felizmente vivos.....
ResponderEliminarCon la claridad que te caracteriza esta puesta es más que importante en nuestro actuar médico porque al ponerse en el lugar del otro es tener la capacidad de entender que aquel que nos consulta muchas veces quiera volver a disfrutar de un amanecer, creer, poder mirar y no ver.... o simplemente saborear esas sensaciones únicas. Saludos Olivia