Hoy quiero compartir dos artículos que he leído en los últimos días. Estamos viviendo una migración a lo digital y en los artículos que comento se hace referencia al tema.
El primero es un artículo de publicado en el Annals Of Internal Medicine con el título “Professionalism in the Digital Age” en que sus autores plantean una serie de interrogantes vinculados a la profesión médica y su relación con la vida digital (Web 2.0), preguntas tales como , ¿Cómo mantener la identidad profesional en la redes sociales? ¿Qué impacto puede sufrir la relación médico paciente? El principal planteo del artículo esta en establecer normas o reglas claras de cuál debería ser el perfil profesional en la web 2.0.
En el último número del Mayo Clinic Proseeding se ha publicado una editorial con el título “The Electronic Health Record: Is It Meaningful Yet?” en el que su autor reflexiona sobre lo difícil que está siendo que los médico (hablando de los EEUU) se adhieran al uso de la Historia Clínica. Me parece interesante la comparación que hace con la llegada de la Tomografía computada, la cual fue inmediatamente aceptada por los médicos entendiendo que se trataba de una herramienta de gran ayuda a la práctica médica. En el caso de la HCE, esta fue introducida como reemplazo de la historia clínica de papel haciendo énfasis en los aspectos financieros y administrativos de la herramienta, en lugar de destacar su importancia clínica.
En el hospital que trabajo la implementación de la HCE ha tenido marchas y contramarchas y creo que hemos cometidos errores en dicha implementación. El apresuramiento (tras el cual se escondía algún tipo de interés), el fundamentalismo (de administradores y usuarios) y la falta de consenso han sido los factores más importantes en la poca adherencia al cambio.
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Como vos sabés y lo hemos charlado tantas veces, la historia clínica, como la vida misma son operador-dependientes. 'Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros' (Jean Paul Sartre), frase que me parece, define la situación y la actuación de un ser humano ante la vida diaria y ante los eventuales desafíos que nos propone. En la práctica médica de todos los días, la historia clínica con soporte electrónico no es un elemento que haya sido adoptado por la masa médica crítica y probablemente una de las razones sea que en realidad no se percibe su aporte concreto, salvo el cambio de herramienta de ingreso de datos. En nuestro hospital, la seudo implementación de este sistema por parcial y segmentaria sólo ha producido el beneficio no menor de la legibilidad, a la vez que la aparición del error de tipeo (y de ortografía) y del abuso de siglas. Si uno agrupa todo lo dicho, se puede concluir que el soporte no incide favorablemente sobra la conducta del operador, salvo que se plantee un incentivo real para que ello ocurra, específicamente demostrando que el soporte electrónico mejora un aspecto que no parece estar en la agenda de discusión que es la seguridad del paciente.
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