Desde la aparición de los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBPs) han pasado años de experiencia de uso. Siendo al principio drogas bastante seguras respecto a otros medicamentos y solo relacionadas con la aparición de tumor carcinoide gástrico si eran usados a largo plazo, pero esto quedó desestimado luego de décadas de uso.
En los últimos años varios reportes han cuestionado la seguridad de estas drogas. En su último número la revista Cliveland Clinic ha publicado un review sobre el tema con el título “Proton pump inhibitor side effects and drug interaction: Much ado about nothing?”. En él se resume con bastante claridad la evidencia actual sobre los efectos adversos y las interacciones de los IBPs.
Creo que el tema tiene gran relevancia ya que se trata de medicación ampliamente y fácilmente indicada de manera no precisa. Además son medicamentos “prescriptos” por personas que nada tienen que ver con la medicina.
Viene al caso la frase de Aurelio Cornelio Celso del siglo I a.C. en el libro II de su obra De Re Médica: “Es menester no ignorar que los medicamento tomados en brebajes no siempre resultan útiles a los enfermos, y que habitualmente perjudican a las personas sanas”.
No se trata de no usar mas IBPs sino de, cómo con otras drogas, solamente usarlas en quienes tengan una indicación precisa. En este contexto es que encontré una buena buena guía de Recomendaciones para la Prescripción de Inhibidores de la Bomba de Protones.
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