"No siempre un bandido se esconde detrás de un antifaz". Blog dedicado a las fuentes de información médica - hugotula@gmail.com

4/1/13

Al fin y al cabo lo único que tengo es este presente.


Una vez más fuera de los lineamientos de este espacio. 
Me gustan los fines de semana pero desde el viernes a la tarde hasta el domingo a la mañana. He crecido con la angustia de lo que vendrá (mal o bien). Siempre creía que con la llegada del viernes el tiempo se detenía por un par de días, tenía la sensación que en esos dos días estaba a resguardo, hasta podía dormir la siesta sin culpa ni angustia.
Pienso desde que tengo 7 años aproximadamente. Pienso en las cosas que me pasan, en la vida, en la continuidad de la vida, en las ganas de hacer lo que me gusta, en lo que me gusta hacer y no parece un trabajo, en la familia, en la suerte que significa tener hijos, en los motivos para seguir vivo, en las cosas simples.
Apostolado. Ya está. Aprendí a fuerza de chocarme contra la pared que no sólo de atender pacientes vive el médico y para colmo médico clínico (en el imaginario de la gente no es una especialidad). Aprendí que no basta solo con el apostolado,  con la medicina también se come, se cura y se educa.
Estudiar. No, no me gusta. Creo que a pocos les gusta estudiar. Me gusta aprender, que es una especie de círculo virtuoso, más aprendo y más curiosidad me provoca.  Autoformación. Sí. En tiempos de fragmentación de la atención se requieren grandes dosis de autodisciplina.
Hace unos meses una paciente, anciana ella, me decía que se sentía bien solo cuando estaba con los ojos cerrados, un concepto que me costó interpretar y como era lógica la conversación derivó en el tema de la Muerte. Un concepto rico y positivo, a decir de Cortázar. Si la vida no tiene para nosotros ningún aliciente la muerte asumirá una tonalidad de consuelo. La paciente lo había entendido primero.
Música. Cuanto más oscura mejor y no importa si me inspira tristeza, porque dicen que en la tristeza hay una profunda, elegante y sutil belleza que difícilmente pueda encontrarse en otro lugar. Creo en el poder de la música. Me pregunto como hacen los que hacen música, los envidio o queda mejor decir que los admiro. Confieso que cuando me pierdo de mí mismo la música me rescata.
Para terminar una propuesta: es hora de dejar de perseguir sombras y dedicarse a disfrutar del camino.

1 comentario:

  1. Conmovedor, descarnado, real y cargado de una esperanza con un tinte de melancolía que es la característica de los que suelen bucear en profundidades que pocos apetecen. Fe cruda, como la que tienen los que se atreven a la segunda pregunta sin importar si la primera tuvo o no la respuesta que se esperaba escuchar.
    Un abrazo

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