Basta de angustiarse por no poder estar al día en cuestiones farmacoterapéuticas ya que ninguna de ellas cambiará el curso de la enfermedad o patología para la cual está pensada. Con solo darse una vuelta por las fichas técnicas o por la revisiones críticas (hechas por los que verdaderamente están despojados de intereses) comprobaremos que poco o nada aportan a la práctica los nuevos fármacos.
Hoy quiero postear un Boletín de Información Terapéutica del Servicio de Salud de Castilla y León con el título Novedades Terapéuticas 2010-2011 (I) en el que se resume en solo 6 páginas información contrastada e independiente sobre los últimos fármacos introducidos por la industria.
Con solo leer el resumen nos damos cuenta que el denominador común de estos fármacos es no haber demostrado eficacia superior y su mayor toxicidad.
Saxagliptina: antidiábetico oral indicado en terapia combinada. No ha demostrado ser superior en eficacia, seguridad o coste a metformina+sulfonilurea, asociación de elección en DM.
Prasugrel: antiagregante plaquetario más eficaz que clopidogrel en la reducción de infarto no fatal pero con mayor riesgo de hemorragias y con un perfil de seguridad controvertido.
Cilostazol: antiagregante y vasodilatador para el tratamiento sintomático de la claudicación intermitente que no ha demostrado ser superior a otras alternativas. En una alerta reciente se ha asociado con reacciones adversas de tipo cardiovascular y hemorrágico.
Dronedarona: antiarrítmico menos eficaz que amiodarona en la prevención de recurrencias de fibrilación auricular, con un perfil de seguridad cuestionado a raíz de la notificación de casos de lesiones hepáticas graves.
Ranolazina: antianginoso de limitada eficacia con problemas de seguridad importantes. Elevado potencial de presentar interacciones farmacocinéticas.
Enalapril/lercanidipino: combinación de dos antihipertensivos que no aporta ventajas frente a las asociaciones recomendadas. No existen estudios que evalúen la eficacia de esta asociación en la disminución de la morbimortalidad cardiovascular.
Rosuvastatina: hipolipemiante que no ha demostrado reducción de la morbimortalidad cardiovascular en pacientes con colesterol alto. Se ha asociado con mayor toxicidad que otras estatinas.
Ácido nicotínico/laropiprant: hipolipemiante menos eficaz que estatinas, con más problemas de seguridad y con mayor coste.
Bazedoxifeno: fármaco indicado en osteoporosis postmenopáusica que no ha demostrado reducir la incidencia de fracturas clínicamente relevantes (vertebrales clínicas y no vertebrales) con un perfil de seguridad dudoso.
Me llama la atención que estos medicamentos fueran autorizados para su uso teniendo aun un gran desconocimiento de su perfil de seguridad, ¿será por presión de la industria?
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