Se preguntaron qué pasa con nuestras vidas digitales (o virtuales) cuando morimos. De a poco y con el paso de los años vamos construyendo vidas virtuales. Cuentas de mail, incorporación a redes sociales, participación en foros, cuentas de mensajería instantánea, blogs, etc., etc., etc., son componentes de nuestras vidas digitales, que van a perdurar mas allá de nuestra muerte.
Si nos limitamos a lo estrictamente técnico toda la información que dejamos en nuestra vida virtual, no muere con nosotros y pueden ser mantenidos por tiempo indefinido. Para el caso de nuestras cuentas de correo electrónico y concretamente en Gmail podemos obtener acceso a la cuenta de un familiar fallecido si presentamos en Google un mensaje que esta persona nos envió en vida, su cuenta de correo electrónico y el certificado de defunción. Hotmail tiene un servicio similar con la diferencia de que el contenido de los mensajes se envía a la familia en un CD. Facebook no elimina la cuenta de un usuario fallecido, se elimina información privada y los amigos pueden visitar el sitio personal. El sitio Legacy Locker (www.legacylocker.com) ofrece la posibilidad de mantener la información permitiendo que la familia puede salvar nuestra información, lógicamente que este servicio es pago y cuesta unas 300 dólares al año.
Este tema tiene también cuestiones legales y culturales aun no resueltas. Un gran debate se abre entonces ,que debe primar, ¿el derecho a la intimidad del fallecido o la intención de resguardar su memoria por parte de sus conocidos o familiares?