Prescrire es un organismo francés que se dedica a brindar información sobre fármacos tanto a profesionales de la salud como a pacientes. Desde el año 2010 publica en su revista un listado de medicamentos a evitar ya que tienen una relación beneficio-riesgo desfavorable o porque tienen alternativas terapéuticas más seguras.
Los fármacos cuestionados son aquellos que: poseen efectos adversos desproporcionados frente a los beneficios; se pueden encontrar alternativas de tratamientos con mejor beneficio-riesgo y/o se asocian a reacciones adversas graves. Leer este listado trae a la discusión si existen fármacos que representen avances terapéuticos y nos surge la pregunta de por qué aún se comercializan estos.
En el mismo orden de cosas, pero ya en nuestro país (Argentina) hace unos días se conoció la “tremenda” noticia de que el PAMI (la obra social de los jubilados) excluirá de la cobertura del 100% un grupo de medicamentos con poca o nula efectividad terapéutica.
Esta noticia fue difundida en los medios de comunicación como una medida inadecuada o con impacto negativo para nuestros “viejitos”. Pues nada más lejos de la realidad y es que leyendo los fundamentos de esta medida y el listado de los medicamentos en cuestión me parece de lo más razonable.
Según se explica en uno de los anexos de la Resolución n° 439: “Los medicamentos de mayor consumo, y por ende, sujetos a mayor conflictividad, fueron sometidos a un análisis profundo por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), en el contexto de un Convenio con la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires”.
Es así que medicamentos como glucosamina, diacereína, diosmina, bromhexina, buflomedil, condroitín sulfato, insaponificables, complejos vitamínicos y otros quedan sin cobertura del 100%. Aquí encontrarán el listado completa.
Del análisis realizado para tomar esta medida es interesante destacar que “de la masa de afiliados del INSSJP (afiliados a PAMI) la mitad de los mayores de 65 años tienen al menos tres enfermedades crónicas y un 20% cinco o más; además entre el 30 al 40% de esta población sufre polimedicación”.
Reitero una medida con la que estoy en total acuerdo y de las pocas que en años he visto con sentido común dentro del sistema de salud.